viernes, 29 de mayo de 2009

TODAS QUERIAN SER REINAS


(Las primarias gays y una toma travesti)

“CANDIDATO MIECHICA A CONCEJAL”, tituló en portada el derechista diario El Hocicón, el 1º de abril de 1996, abriendo los fuegos. Más allá del sensacionalismo, el titular marcó el inicio de un proceso que hizo arder Troya al interior del movimiento homosexual. El conflicto lo inauguró el expulsado dirigente del MOVILH, Rolando Jiménez, quien se autoproclamó candidato gay a concejal por Santiago.

El MOVILH reunido en un pleno extraordinario acordó levantar un candidato propio electo a través de un proceso conocido como primarias rosas. En un contexto de debate interno se desarrolló el operativo de Investigaciones y la puesta en marcha de estrategias contrarias de lucha al interior del movimiento gay. Rolando Jiménez, candidato del Comité de Iniciativa Homosexual (CIHOM); Roberto Pablo, abanderado del Centro Lambda Chile; y Marcos Ruiz, representando al MOVILH, comenzaron a disputarse espacios en los medios de comunicación y a descalificarse mutua y públicamente.

La toma travesti

El 1º de junio de 1996, el mismo día en que se realizarían las llamadas “primarias rosas”, un nuevo suceso hizo tambalear los planes electorales del MOVILH. Ese día, junto a la activista travesti Michelle de Valparaíso, nos tomamos la sede del movimiento en protesta por la realización del evento. De este proceso han sido excluidos los travestis y las lesbianas, declaramos a la prensa, inaugurando de este modo la efímera existencia del denominado “Frente Travesti Anarquista”. Permanecimos atrincherados en la sede del movimiento todo un día y una noche, recibiendo el saludo de amigos del movimiento y el rechazo de otros. Pese a los obstáculos, incluido el intento de Carlos Sánchez, otro de los líderes del MOVILH, de expulsarnos a la fuerza con la ayuda de Carabineros, la toma travesti se mantuvo en pie, mientras en una casa contigua a la sede tomada, donde vivía Pepe Salomón, simpatizante del movimiento, se verificaron las primarias rosas.

Efectuado el proceso electoral interno, Roberto Pablo resultó electo candidato a concejal por Santiago centro, como representante de los homosexuales organizados. Mientras tanto, Rolando Jiménez, quien pese al ofrecimiento del MOVILH de participar en la elección interna, desistió de participar en las primarias y continúo con su solitaria postulación edilicia. Los homosexuales capitalinos contaban desde ese momento con dos candidatos gays en disputa y, paradojalmente, por el mismo distrito. En tanto, en la ciudad de Concepción era inscrita como candidata a concejal independiente, en la lista del Partido Humanista, Micky San Martín, histórica dirigente lesbiana del colectivo LEA.

Los candidatos

Finalmente, el 27 de octubre de 1996, se verificaron las elecciones municipales y para sorpresa de muchos, Rolando Jiménez no inscribió su cuestionada candidatura gay a concejal porque, además de no reunir las firmas requeridas por el Servicio Electoral a los candidatos independientes, no pudo sortear el rechazo de los activistas del MOVILH. Distinto fue el futuro del candidato Roberto Pablo quien, presentándose como candidato independiente en la lista del Partido Humanista, logró sortear las dificultades legales, y se convirtió en el primer homosexual en postular a un cargo público en Chile.

Roberto Pablo, si bien no logró ser electo concejal, conquistó una no despreciable suma de mil votos, porque según afirma:

Era necesario hacerlo, no por el hecho de sentarme en un sillón que me hiciera más importante que otros, sino porque había que visibilizar el tema homosexual. Tal vez podría haber estado más preparado para enfrentar las agresiones que sufrí en los programas de televisión, por ejemplo, pero la idea era intervenir en la vida pública a través de la candidatura gay. Ahora, lo que resultó nocivo para el proceso fue la candidatura solitaria de Rolando Jiménez, hecho que permitió decir que estábamos divididos y luchando sólo por el poder.

Excepto el controvertido voto de Vicky Figueroa, activista travesti del grupo Pucará de Calama (quien acudió a sufragar vestido de mujer en un local exclusivo de hombres), la presencia homosexual en esas elecciones municipales resultó perjudicial para el futuro político del movimiento. La experiencia electoral cumplió con el objetivo de visibilizar el tema gay, pero contribuyó a desarticular su lucha social. Este proceso dejó al movimiento dividido, atomizado y en aguda crisis de representación. La expresión más elocuente del ocaso aconteció tiempo después cuando Rodrigo Gallardo, tesorero del MOVILH, mal utilizó los fondos de la organización, provocando un desfalco económico. Así, divididos, desorganizados y sin recursos, el MOVILH tocó fondo después de que un grupo de delincuentes comunes asaltara la sede de la organización.

Movilh en el exilio

Pasada la incursión electoral, a los protagonistas de la toma travesti, si bien nunca fuimos expulsados del colectivo homosexual, se nos impuso una sanción disciplinaria. El grupo dirigente que sobrevivió al conflicto interno, acordó prohibir nuestro ingreso a la sede del MOVILH, hecho que interpretamos como un obligado exilio rosa. La exclusión me impactó personalmente, considerando mis años de trabajo por la causa homosexual y porque debí dejar de animar el programa radial Triángulo Abierto. Afortunadamente, el programa no detuvo sus transmisiones, pues Héctor Núñez, militante del MOVILH, asumió su conducción durante largo tiempo, dando así un nuevo giro a la programación radial gay.

Después de meses de obligado exilio y de relativa desolación política, el espíritu combativo y rebelde que moviliza mis causas me llevó a crear un personaje que intervino en un sinnúmero de manifestaciones, protestas y encuentros políticos /culturales, naciendo El Che Guevara de los Gays.

Foto: La activista trans, Michelle Clementi y el activista Víctor Hugo Robles, protagonizando la histórica Toma Travesti en el Movimiento de Liberación Homosexual de Chile, MOVILH.

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